Como gestor de flotas, se espera de usted que logre un buen equilibrio entre numerosos objetivos y tareas, a veces contradictorios. Quién dijo que gestionar una flota fuera fácil. Y entre los desafíos fundamentales destaca precisamente esa necesidad de equilibrar la eficiencia de la flota, y la satisfacción personal de los conductores profesionales.
Un buen ejemplo de cómo lograrlo es la incorporación de nuevas tecnologías, como son los sistemas de prevención de accidentes. Como profesional experto en gestionar flotas, sabe que esta alternativa reducirá el tiempo de inactividad de los vehículos manteniéndolos operativos, y aumentará la seguridad del conductor. Pero por otro lado, como experto también en el área de recursos humanos, sabe que existe cierta reticencia por parte de los conductores, pues tienen que aprender el funcionamiento de un nuevo dispositivo, rechazan ser monitoreados, etc.
Afortunadamente, las nuevas tecnologías generalmente no proporcionan beneficios a costa de perderlos por otro lado, sino que vienen a sumar tanto para la gestión de la flota, como para la satisfacción del conductor. La clave aquí es lograr que los conductores comprendan cómo se benefician de una flota más eficiente. Veamos a continuación un ejemplo de tecnología de prevención de accidentes, y cómo debería funcionar su introducción:
1) Información desde el inicio: En la etapa inicial es fundamental informar correctamente a todos de lo que se está haciendo, y hacia dónde nos dirigimos, pues imponer el uso de una nueva tecnología a los conductores, así, de improviso, podría generar oposición y resentimiento. Sin embargo, incorporar y atraer a los conductores al proyecto desde el principio permite lidiar con cualquier posible oposición de forma inmediata, evitando problemas en el futuro. Esto también evitará que la fábrica de rumores tome el control y cause temor y pánico innecesarios.
2) Comprensión: Es importante que los conductores comprendan por qué se está adoptando esta tecnología, por lo que explicar claramente los objetivos que se persiguen resulta básico: una mayor eficiencia de la flota, menores tasas de siniestros… y cómo estos objetivos beneficiarán a todos: mejora la calificación del conductor al sufrir menos accidentes o alcances, baja la cifra de lesiones o heridos, y otra serie de mejoras que les conciernen. Por tanto, hay que conseguir que se sientan parte del equipo de gestión de flotas.
3) Formación: Antes incluso de instalar la nueva tecnología facilite que los conductores se familiaricen lo máximo posible con esta nueva herramienta. Mobileye, por ejemplo, ha producido un video breve que explica los beneficios de su sistema de prevención de accidentes, y que puede ayudar en gran medida a comprender al conductor cómo el uso de esta tecnología puede cambiar el comportamiento al volante hacia hábitos más seguros.
4) Avance despacio: Cuando instale esta tecnología deje que los conductores se adapten a ella poco a poco. No comience a recopilar datos de inmediato. Por el contrario, permita que los conductores se acostumbren a esta nueva forma de trabajar antes de aprovechar todas las ventajas de sus funciones. Por supuesto, también es importante dejar claro a los conductores cuál es la información que se va a recopilar, cuándo y cómo se utiliza, todo ello cumpliendo cualquier ley aplicable, como la LOPD.
5) Refuerzo positivo: Una vez que la tecnología esté funcionando, debe continuar con la demostración de cómo esta tecnología beneficia al conductor, incluso recompensando a aquellos conductores con hábitos seguros al volante. Por poner un ejemplo, la tecnología Mobileye se integra con sistemas telemáticos y los datos de comportamiento del conductor podrían usarse para premiar a los que consigan menor cantidad de alertas de colisión.
Si bien la gestión de una flota, generalmente y como ya hemos mencionado, requiere encontrar un difícil equilibrio, si se hace bien, puede lograrse una situación en la que todos ganan, poniendo en marcha una flota eficiente con personal y conductores satisfechos.
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